lunes, 29 de septiembre de 2008

Vestida para la ocasión



Me duele la cabeza, si no fuera por eso, estaría estupendamente, el otoño me encanta, aunque prefiero el invierno. Me chifla la nieve, la lluvia, el abrigo, la bufanda, aunque en Madrid, hace mucho que no me la pongo. En verano se me hinchan las piernas, siempre sudando, si tomo el sol malo, me quemo y si no lo tomo peor, blanca todo el tiempo. Con la ropa corta, se nota la celulitis, el pelo largo me molesta, me paso todo el verano con el pelo recogido. Hace un calor que te cagas para arrimarte a un tío y no te digo nada si encima te tienes que vestir para la ocasión. No se si todos los hombres son iguales o es que a mi siempre me toca bailar con la más fea. No digo que no apetezca, pero imaginaros la situación.

Un matrimonio, veinte años de casados. Las once de la noche, recién cenados, en el comedor, el en un sofá y ella en el otro. El con una camiseta azul marino, las chanclas y unos slip de algodón blancos, algo sobadillos. Ella camiseta blanca de propaganda, unas mallas cortas rojas y en chanclas también. Treinta grados. El se limpia el sudor con una toalla, se levanta, se acerca a ella, le susurra al oído, juguetea con su oreja, se besan, le mete la mano bajo la camiseta y le agarra un pecho, ella se ríe:
-¿Qué haces tonto? -le dice.
-Podías ponerte esas medias de liga que me gustan tanto, y esos taconcitos que me ponen tan cachondo -le cuchichea al oído.
-No, ¿para qué? Así está bien.
-¿Cómo que para qué? Ya sabes para qué.
¡¡¡¡YA SE JODIÓ....Pero hombre, para una vez que la pareja después de años de matrimonio tienen ganas los dos a la vez, va el tío y le da un ataque de fetichismo!!!!
-Bueno está bien, me vestiré -acepta la mujer.
Ella se va a la habitación, se adorna con la lencería que le gusta al marido y sale dispuesta a comerse el mundo. Se apresura al salón donde había dejado al hombre con la luz apagada. Pulsa el interruptor.
-Hola mamá. ¡Pero mamá! ¿Se puede saber a que estáis jugando?
Esa es una de las cosas que puede ocurrir en estos casos, hay otras muchas, pero para evitarlas lo mejor es ir vestida para la ocasión desde por la mañana. Nunca sabes en que momento tendrás que sacar a relucir tus encantos.

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