miércoles, 1 de abril de 2020

Ellas


Son preciosas. En menor número, sería exagerado. Más ingobernables. Sugestivas cuando se imaginan, excitantes si se insinúan y espléndidas cuando se muestran.
Únicas en la niñez, estimulantes a cualquier edad. Siempre motivadoras. Solo los torpes las miran más que las acarician.
Aunque se disfracen asoman por el balcón con fuerza. Erguidas y desafiantes roban al intruso un silbido. Hilvanan huella atrevidas, siempre arrogantes. Muchas rozan la perfección. Otras son mentirosas y despiadadas con el ingenuo. Cubiertas con finas hebras despistan al entrometido, al que incitan, después de mimarlas y jugar con ellas, a seguir hasta el final descubriendo el engaño.