domingo, 12 de octubre de 2008

Algo inesperado (II)



Javier me dice que estoy loca, que tengo que asentar la cabeza, dejarme de comeduras de tarro y centrarme. ¡Pamplinas! Yo no soy de esas que tienen que comportarse según se preste en cada ocasión, ¡uff que rollo! No soy mujer de un solo hombre, llevo preservativos en el bolso, tengo un consolador en el cajón de la mesilla, me gusta hacer tonterías, que me agarren del cuello mientras me besan, que me hagan cosquillas para dormirme, que me lean cuentos, ir al aeropuerto a contemplar los aviones, las películas de amor al estilo del Diario de Noa. No espero a que un tío se interese por mí, ni que me vaya a buscar a casa, ni que me mande flores, ni que me regale joyas. Y Javier ¿cómo me puede decir esto? ¡Si a todos los chicos con los que salgo, les tira los tejos!


Después de escuchar el último mensaje que me habían dejado en el contestador me fui a casa de Javier, necesitaba contárselo a alguien. Cuando llegué me abrió la puerta Manuel.

-Hola, ¿tú debes de ser...?

-Sara, soy amiga de Javi. Y ¿tú quien eres? -pregunté.

-Manuel, un primo lejano. He venido a pasar unos días.

-¿Por trabajo?

-Si, bueno, no exactamente.

-Entiendo, no te preocupes, no hace falta que me lo cuentes. Déjalo.

Javier salió de la ducha, a recibirme, desnudo, le miré pero el no pareció inmutarse. Me senté en el sofá y encendí un cigarrillo. Manuel me ofreció un café. Acepté. Se sentó a mi lado y empezó a hablarme de su escapada a Madrid.

-He venido a pasar unos días con Javier, ni por trabajo, ni vacaciones, simplemente por placer.

-¿Por placer? -pregunté sorprendida.

-Sí, conocí a Javier el año pasado en una exposición en Barcelona y tuvimos una relación intensa, decidimos que nuestro próximo encuentro sería en Madrid y así ha sido.
-Pero entonces, lo del primo ¿qué es para despistar?
-No, eso es cierto, primos segundos o terceros, no sé pero somos familia -contestó acercándose la taza de café a los labios.
-Y ¿que pensáis hacer hoy? -pregunté- no contaba con tu presencia.

Manuel soltó la taza, abrió el periódico por la cartelera y llamó a Javier.

-¿Me has llamado? -preguntó histérico.
-Sí, -contestó Manuel- hay películas muy buenas en cartel.

Javier se sentó a mi lado, aun no se había vestido, pero se había enrollado una toalla en la cintura. Le había visto desnudo un montón de veces, pero, nunca me había llamado la atención lo guapo que era, su pelo rubio rizado, sus ojos azules, su barba de tres días, su hoyuelo en la barbilla, esos dientes blancos, perfectos, su cuello generoso, su pecho musculado, sus brazos espléndidos, su culo apretado, con una depilación impecable. Las manos suaves, con unos dedos largos y finos, su pene en estado de reposo, indefinido. Todo en el era sensacional, excepto su homosexualidad. Eso es lo que hacía que no fuese más que un amigo. Manuel también era guapísimo, pelo castaño oscuro, ojos marrones, super varonil, muy alto, delgado y algo robusto, una sonrisa especial y un culo en su sitio. Me levanté y fui a la cocina a dejar las tazas de café. Javier me acompañó.


-¿Es tu nuevo ligue? -le pregunté.
-Sí, -asintió- ¿a qué es mono?
-La verdad es que está como un queso.
-Pues nena, contente, porque yo le vi primero.
-¿Por quién me has tomado? Nunca te quitaría un novio, soy tu amiga -inquirí alborotándole el pelo con la mano que tenía sin guante de fregar.
-Anda ven, dame un abrazo-dijo Javier-ya sé que tu no harías nada de eso.

Me acerqué a él, le miré a los ojos y en el instante que nos íbamos a abrazar, me envolvió el olor, aquel magnífico olor. Me aparté de un brinco, fui hacía el salón, cogí el bolso, y me marché sin decir adiós.

Corrí, hacía ningún lugar definido, no sabía donde ir, ni sabía que pensar, el mejor polvo de toda mi vida, el momento más erótico en mucho tiempo y tenía que ser con mi amigo Javier. Su aroma lo decía todo, era el mismo olor que impregnó mis sentidos en el octavo piso y en el parque. Era él y le deseaba, ¡cómo no me había dado cuenta antes! Estuve un rato caminando entre la gente, aunque era catorce de septiembre y no hacía calor, yo estaba a punto de asfixiarme. Necesitaba ir a casa y darme una ducha. Abrí el portal y llamé al ascensor, se abrieron las puertas y allí estaba él. Entré y pulsé el décimo, se produjo un silencio, nos miramos, me cogió del cuello y me besó, con fuerza, con ansia, con desesperación. Llegamos a la planta décima, salimos del ascensor sin dejar de besarnos, me desabrochó la camisa, con habilidad, con descaro. Como pude saqué las llaves, abrí la puerta, él cerró de una patada. Busqué su cinturón pero no llevaba, estaba borracha, aquel olor me volvía loca. Me quitó la falda y me arrancó el tanga, se quitó el jersey. Me besó el cuello y puso sus labios en mis pechos. Deslizó su lengua por mi cuerpo, arriba y abajo, cuando estábamos completamente desnudos me quitó la pinza que sostenía el cabello, cayendo hacía mis hombros, lo apartó hacía un lado, dejando la parte derecha de mi cuello libre para el calor de sus besos. Notaba su virilidad en mi vientre, duro y ardiendo. Me separó las piernas, sus dedos buscaban lo que yo ansiaba que me frotara despacio, jamás había sentido tanto placer, pero necesitaba que me poseyera como en el parque. Me apoyó contra la pared, miré para otro lado y lo noté, sus movimientos salvajes me hacían enloquecer, con su miembro incrustado en mis entrañas, me llevó a la cama, y allí terminamos con suma ternura, lo que comenzó con furia.

Después de unas horas de orgasmos continuos, un fuerte dolor de estómago me avisó que no había comido, pero antes de levantarme de la cama me interesé por el perfume.
-Ese aroma, ¿de dónde lo has sacado?
-Es un perfume afrodisíaco de Manuel.
-¿Cómo? ¿No es tuyo? -pregunté indignada.
-No, me lo eché ayer cuando salí de la ducha para probar, pero creo que lo voy a coger por costumbre.
-Entonces, ¿desde cuándo está aquí Manuel?
-Desde hace dos días.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tia que fuerte, para cuando la parte III? Me ha encantado estoy sin palabras,desde luego nos haces pasar un buen rato leyendo estas historias asi que no tardes muchos en revelarnos el final.

Un besito

Anónimo dijo...

Me alegro que te guste Nuri, ha llegado tarde pero ha llegado, la tercera parte pues....llegará te lo aseguro.
Un beso

Anónimo dijo...

Por favorrr esta intriga nooooo

Ayyy que me tiro hasta de los pelos de las cejasss.

Más más más más más más más más más más más más más más más más más más

Anónimo dijo...

Tranquila Mary, ya está en el horno. Un beso.