viernes, 28 de febrero de 2014

La nada extensa

 

Dicen las lenguas flojas,
las malas y las buenas,
las indiferentes y las que conozco,
las ignorantes, las sueltas,
las azules y las moradas,
que eres hielo en horas de oficina
y un cargo de conciencia el resto del tiempo.
Hay quien cuenta
que tu pulso se congeló
al oír los tientos de la soledad,
que los besos blandos
sonríen al compás de tu memoria,
que los encuentros no vividos aún,
son manchas indelebles.
Y de pronto
un claro a lo lejos,
un punto difuminado
en medio de la nada extensa le conoces,
y así comenzó todo.
 
  
 

2 comentarios:

Isabel dijo...

Me encanta Sil
Un beso
Isss

silvia dijo...

Me alegro de que te guste, un beso