domingo, 19 de octubre de 2014

La caracterización. El personaje II


 

El carácter es el conjunto de rasgos psicológicos y morales que bosquejan a un personaje. Algunos escritores “pintan” con realismo el físico de los personajes; otros solo ofrecen unos pocos datos y es el lector quien debe rellenar los huecos que faltan en la descripción. Por otro lado, en una novela tenemos más espacio para la caracterización de los personajes que en la rápida sucesión del tiempo propia de los cuentos.
La forma de caracterizarlos físicamente es una decisión del escritor, el cual solo está sujeto a una única exigencia: que la forma elegida –muy detallista o muy escueta -se conserve a lo largos de la obra.
Una de las características del personaje es su procedencia social. Su forma de vestir y de hablar nos ayuda a situarlo en la escala social a la que pertenece.
El registro lingüístico, es decir, el modo de hablar del personaje, debe coincidir con su estatus.
Proporcionar al personaje el registro lingüístico que le corresponde es esencial para dotarle de coherencia y verosimilitud. Mostrar en acción a los personajes es una de las bazas más valiosas con las que cuenta el escritor para definirlos.
Los personajes no son personas, sino seres de ficción y, sin embargo, se parecen sospechosamente a ellos en su comportamiento. Es difícil que un personaje sea verosímil si siempre es afable o malvado, avaro o generoso, bondadoso o perverso. Los extremos acaban tipificando. Cierto es que, de vez en cuando, encomendamos a una figura secundaria el cumplimiento de una labor delicada.
Pero los protagonistas principales cargan sobre sus hombros con el peso de la historia. Por eso, si queremos que sean verosímiles, también deben ser contradictorios, como las personas;  son las contradicciones, la evolución y el cambio lo que da vida a esa figura de arcilla que debe parecer humana.
En muchas ocasiones, la descripción del espacio se impregnará de la emoción o del estado de ánimo de personaje, de tal forma que, a través de lo que se describe, el escritor empuja al lector hacia ese estado anímico. El paisaje se convierte entonces en el espejo físico de su alma. De hecho hay personajes que dependen del paisaje para existir. Esta técnica era muy propia del  Romanticismo, en el que, de vez en cuando, incluso coinciden sospechosamente los cambios atmosféricos con los estados de ánimo de los personajes de tal modo que a menudo estallaba una tormenta en el peor momento o bien caía la lluvia con monotonía en plena crisis melancólica del protagonista. Este uso tópico del paisaje o de los cambios atmosféricos no nos llevará muy lejos, mientras que en un espacio, visto a través del estado psicológico de un personaje, define de forma indirecta a nuestras criaturas.
Truman Capote, recurrió en Desayuno en Tiffany’s a la descripción del entorno inmediato –la casa, los objetos personales –para caracterizar a algunos de sus personajes.
A menudo, como sucede, en la propia vida, nos enteramos de ciertas cosas de los demás por otras personas y también juzgamos comportamientos ajenos o recibimos una visión subjetiva de los hechos por parte de alguien cercano a los sucesos. Así pasa con los personajes, descritos muchas veces por boca de terceros.
Lo que piensa una comunidad acerca de una persona, es útil para situarlo, tanto en su posición social como en sus formas de comportamiento. Puede ayudarnos mucho el saber lo que piensan las personas que rodean al personaje.
Los diálogos siempre son una fuente eficaz de información.
Hay dos formas de caracterizar a los personajes:
DECIR: El narrador analiza los  entresijos del personaje  y los expone al lector de manera explícita.
MOSTRAR: El narrador escenifica comportamientos y reacciones del personaje en lo que se queda implícito su carácter, y el lector saca sus propias conclusiones.
Estas dos formas de caracterizar están ligadas al punto de vista:
Tercera persona
-Omnisciente: El narrador explica como es el personaje y expone de forma explícita todos sus rasgos, ya que tiene acceso a su mente, a sus deseos, a sus sueños y además, puede dar su opinión.
-Cuasi omnisciente: El narrador es invisible, se convierte en una cámara de cine y, por lo tanto, le está prohibido invadir la conciencia de los personajes o de su opinión. El narrador se limita a mostrar al personaje por medio de diálogos, comportamientos o escenas.
Primera persona
-Protagonista: Es la figura que se explica a sí misma,  aunque presenta al resto de los personajes desde fuera, y por ello no pueden entrar en la conciencia de aquellos que le rodean.
-Testigo: Todos los personajes llegan hasta el lector filtrados por la mirada de un narrador que ocupo un lugar secundario en la trama. Dicho narrador, que no es imparcial y que juzga a los demás desde su posición, puede explicarnos como son, según él, los demás personajes y también pueden mostrarlos en acción.
“Los personajes salen de uno en uno, pero salen de uno después de haber conocido un montón de cosas. Yo he visto tipos de esa rudeza, los he conocido en pueblos de la provincia de Soria, y los he conocido en la guerra. Concibes un personaje duro, que ha pasado por la guerra y va él solo formándose, como cuando el escultor de arcilla va metiendo los dedos y le da carácter. No corresponde a nadie concreto, es una especie de resumen de unos y otros”  José Luis Sampedro, hablando de la construcción de Bruno Roncone, protagonista de la Sonrisa Etrusca.
 
RECURSOS Y JUEGOS LINGÜÍSTICOS
La Sinécdoque: Tomar la parte por el todo
Nuestra forma de observar es impresionista; recoge grandes pinceladas de la realidad, recolecta partes: el color de los ojos, la forma de la boca, la manera de caminar, etcétera  y a partir de esas “partes” reconstruyen el “todo”, la imagen completa de la persona. Este mecanismo en literatura, se conoce con el nombre de sinécdoque.
La sinécdoque es una figura semántica que transfiere el significado de una palabra a otra. Es como un transportador de palabras, algo parecido a la metáfora, aunque con la diferencia de que la sinécdoque mantiene entre los dos términos una relación de inclusión, es decir, que uno de los miembros es mayor extensión que el otro.
Aunque hay varios tipos de sinécdoque, nos centraremos en la más común: tomar la parte del todo.
Cuando describimos la apariencia física de un personaje no tenemos más remedio que optar por unos cuentos rasgos  -una parte –y dejar que el lector reconstruye lo demás –el todo-. La diferencia esencial con aquello que nos sucede normalmente al recordar a una persona consiste en que el escritor debe elegir de forma consciente esos rasgos, escoger solo aquellos que posean la capacidad de reconstruir el todo.
Otro tipo de sinécdoque consiste en designar el objeto por la materia:
Ganó mucha plata, en vez de de ganó mucho dinero.
Desenvainó el acero, en vez de desenvainó la espada.
Fray Luis de León, también utilizó este tipo de sinécdoque:
Hierro insano, para definir la espada.
Ejercicio
Siguiendo el ejemplo de Fray Luis de León, inventar frases utilizando una sinécdoque, como por ejemplo:
-Le gustan mucho las faldas, en vez de le gustan mucho las mujeres.
-Tiene veinte abriles, en vez de tiene veinte años.
 
LECTURAS RECOMENDADAS
El Turista accidental (Anne Tyler)
El Dr. Jekyll y Mr. Hyde (R.L. Stevenson)
Orlando (VirginiaWoolf)
Los Santos Inocentes (Miguel Delibes)
PROPUESTA EJERCICIO
Elaborar una ficha con los personajes que van a aparecer en la historia que se pretende crear.
FICHA:
-Nombre y apellidos
-Lugar y fecha de nacimiento
-Apariencia física: rasgos más destacados
-Comportamiento: mostrar alguna conducta que lo caracterice y elaborar un diálogo entre dos personajes de su familia que hablen acerca de él.
-Entorno: dónde vive. Describir la casa en la que habite.
-Estatus social: Tipo de familia.
Estos datos básicos ayudarán a trazar los rasgos generales del personaje protagonista. Se puede hacer lo mismo con el resto de personajes.
Por último se puede “trufar” estas fichas elementales con datos e informaciones extraídos de la “papelera” que nos ha enseñado a utilizar Truman Capote cuando “ficha” a Miss Golightly en Desayuno en Tiffany’s.
Escoger un libro y subrayar todo aquello que caracterice físicamente al protagonista de la narración.
Pensar en dos personas cercanas. Encontrar un gesto propio de cada una y describirlo.
Fijarse en los registros lingüísticos que existen a su alrededor ¿Cuáles son y qué palabras son propias de cada registro?
Cerrar los ojos y pensar en una persona querida. Escoja tres rasgos físicos que la definan.
 
  
 


2 comentarios:

Los Melómanos dijo...

para mí una de las mejores películas de género comedia romántica, aunque esto se contradiga ya que viene de Capote...
excelente blog!

abrazo!!

Silvia Morales dijo...

Sí, una película estupenda. Gracias me alegro de que te lo parezca.
Abrazo.