miércoles, 8 de mayo de 2013

Si tú supieras

Sí tú supieras
que con cada regalo que me ofreces
se modifica el contorno de la luna
y que con cada sello impreciso
que dejas en mi inquietante piel,
la sal del mar se convierte en champagne del caro.
Sí tú supieras
que cuando nos tenemos
la dimensión más pequeña fallece
y nace una esencia que no entiendo y que busco,
porque existe y la noto.
Sí tú supieras
que cuando tus ojos color de cielo en calma
descubren la luz de los míos
la tierra deja de serlo perdiendo su forma,
los peces beben gotas del arco iris
y las azucenas... las azucenas mueren.
Mientras cubres mi hueco
te toco el rostro,
quizá mío, quizá tarde, quizá... es siempre.
Ahora sé que el dolor no es dolor
si no lleva tu nombre escrito,
que en cada espacio interrumpido
entre nosotros y lo demás
viajan lágrimas que nunca ves
lágrimas escondidas,
furtivas, como lo nuestro.

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