El carácter es el conjunto de rasgos psicológicos y morales
que bosquejan a un personaje. Algunos escritores “pintan” con realismo el
físico de los personajes; otros solo ofrecen unos pocos datos y es el lector
quien debe rellenar los huecos que faltan en la descripción. Por otro lado, en
una novela tenemos más espacio para la caracterización de los personajes que en
la rápida sucesión del tiempo propia de los cuentos.
La forma de caracterizarlos físicamente es una decisión del
escritor, el cual solo está sujeto a una única exigencia: que la forma elegida
–muy detallista o muy escueta -se conserve a lo largos de la obra.
Una de las características del personaje es su procedencia
social. Su forma de vestir y de hablar nos ayuda a situarlo en la escala social
a la que pertenece.
El registro lingüístico, es decir, el modo de hablar del
personaje, debe coincidir con su estatus.
Proporcionar al personaje el registro lingüístico que le
corresponde es esencial para dotarle de coherencia y verosimilitud. Mostrar en
acción a los personajes es una de las bazas más valiosas con las que cuenta el
escritor para definirlos.
Los personajes no son personas, sino seres de ficción y, sin
embargo, se parecen sospechosamente a ellos en su comportamiento. Es difícil
que un personaje sea verosímil si siempre es afable o malvado, avaro o
generoso, bondadoso o perverso. Los extremos acaban tipificando. Cierto es que,
de vez en cuando, encomendamos a una figura secundaria el cumplimiento de una labor
delicada.
Pero los protagonistas principales cargan sobre sus hombros
con el peso de la historia. Por eso, si queremos que sean verosímiles, también
deben ser contradictorios, como las personas;
son las contradicciones, la evolución y el cambio lo que da vida a esa
figura de arcilla que debe parecer humana.
En muchas ocasiones, la descripción del espacio se
impregnará de la emoción o del estado de ánimo de personaje, de tal forma que,
a través de lo que se describe, el escritor empuja al lector hacia ese estado
anímico. El paisaje se convierte entonces en el espejo físico de su alma. De
hecho hay personajes que dependen del paisaje para existir. Esta técnica era
muy propia del Romanticismo, en el que,
de vez en cuando, incluso coinciden sospechosamente los cambios atmosféricos
con los estados de ánimo de los personajes de tal modo que a menudo estallaba
una tormenta en el peor momento o bien caía la lluvia con monotonía en plena
crisis melancólica del protagonista. Este uso tópico del paisaje o de los cambios
atmosféricos no nos llevará muy lejos, mientras que en un espacio, visto a
través del estado psicológico de un personaje, define de forma indirecta a
nuestras criaturas.
Truman Capote, recurrió en Desayuno en Tiffany’s a la descripción del entorno inmediato –la
casa, los objetos personales –para caracterizar a algunos de sus personajes.
A menudo, como sucede, en la propia vida, nos enteramos de
ciertas cosas de los demás por otras personas y también juzgamos
comportamientos ajenos o recibimos una visión subjetiva de los hechos por parte
de alguien cercano a los sucesos. Así pasa con los personajes, descritos muchas
veces por boca de terceros.
Lo que piensa una comunidad acerca de una persona, es útil
para situarlo, tanto en su posición social como en sus formas de
comportamiento. Puede ayudarnos mucho el saber lo que piensan las personas que
rodean al personaje.
Los diálogos siempre son una fuente eficaz de información.
Hay dos formas de caracterizar a los personajes:
DECIR: El narrador analiza los entresijos del personaje y los expone al lector de manera explícita.
MOSTRAR: El narrador escenifica comportamientos y reacciones
del personaje en lo que se queda implícito su carácter, y el lector saca sus
propias conclusiones.
Estas dos formas de caracterizar están ligadas al punto de
vista:
Tercera persona
-Omnisciente: El narrador explica como es el personaje y
expone de forma explícita todos sus rasgos, ya que tiene acceso a su mente, a
sus deseos, a sus sueños y además, puede dar su opinión.
-Cuasi omnisciente: El narrador es invisible, se convierte
en una cámara de cine y, por lo tanto, le está prohibido invadir la conciencia
de los personajes o de su opinión. El narrador se limita a mostrar al personaje
por medio de diálogos, comportamientos o escenas.
Primera persona
-Protagonista: Es la figura que se explica a sí misma, aunque presenta al resto de los personajes
desde fuera, y por ello no pueden entrar en la conciencia de aquellos que le
rodean.
-Testigo: Todos los personajes llegan hasta el lector
filtrados por la mirada de un narrador que ocupo un lugar secundario en la
trama. Dicho narrador, que no es imparcial y que juzga a los demás desde su
posición, puede explicarnos como son, según él, los demás personajes y también
pueden mostrarlos en acción.
“Los personajes salen
de uno en uno, pero salen de uno después de haber conocido un montón de cosas.
Yo he visto tipos de esa rudeza, los he conocido en pueblos de la provincia de
Soria, y los he conocido en la guerra. Concibes un personaje duro, que ha
pasado por la guerra y va él solo formándose, como cuando el escultor de
arcilla va metiendo los dedos y le da carácter. No corresponde a nadie
concreto, es una especie de resumen de unos y otros” José Luis Sampedro, hablando de la
construcción de Bruno Roncone, protagonista de la Sonrisa Etrusca.
RECURSOS Y JUEGOS LINGÜÍSTICOS
La Sinécdoque: Tomar la parte por el todo
Nuestra forma de observar es impresionista; recoge grandes
pinceladas de la realidad, recolecta partes: el color de los ojos, la forma de
la boca, la manera de caminar, etcétera
y a partir de esas “partes” reconstruyen el “todo”, la imagen completa
de la persona. Este mecanismo en literatura, se conoce con el nombre de
sinécdoque.
La sinécdoque es una figura semántica que transfiere el significado
de una palabra a otra. Es como un transportador de palabras, algo parecido a la
metáfora, aunque con la diferencia de que la sinécdoque mantiene entre los dos
términos una relación de inclusión, es decir, que uno de los miembros es mayor
extensión que el otro.
Aunque hay varios tipos de sinécdoque, nos centraremos en la
más común: tomar la parte del todo.
Cuando describimos la apariencia física de un personaje no
tenemos más remedio que optar por unos cuentos rasgos -una parte –y dejar que el lector reconstruye
lo demás –el todo-. La diferencia esencial con aquello que nos sucede
normalmente al recordar a una persona consiste en que el escritor debe elegir
de forma consciente esos rasgos, escoger solo aquellos que posean la capacidad
de reconstruir el todo.
Otro tipo de sinécdoque consiste en designar el objeto por
la materia:
Ganó mucha plata,
en vez de de ganó mucho dinero.
Desenvainó el acero, en
vez de desenvainó la espada.
Fray Luis de León,
también utilizó este tipo de sinécdoque:
Hierro insano,
para definir la espada.
Ejercicio
Siguiendo el ejemplo de Fray Luis de León, inventar frases
utilizando una sinécdoque, como por ejemplo:
-Le gustan mucho las faldas, en vez de le gustan mucho las
mujeres.
-Tiene veinte abriles, en vez de tiene veinte años.
LECTURAS RECOMENDADAS
El Turista
accidental (Anne Tyler)
El Dr.
Jekyll y Mr. Hyde (R.L. Stevenson)
Orlando (VirginiaWoolf)
Los Santos
Inocentes (Miguel Delibes)
PROPUESTA
EJERCICIO
Elaborar una
ficha con los personajes que van a aparecer en la historia que se pretende
crear.
FICHA:
-Nombre y
apellidos
-Lugar y
fecha de nacimiento
-Apariencia
física: rasgos más destacados
-Comportamiento:
mostrar alguna conducta que lo caracterice y elaborar un diálogo entre dos
personajes de su familia que hablen acerca de él.
-Entorno:
dónde vive. Describir la casa en la que habite.
-Estatus
social: Tipo de familia.
Estos datos
básicos ayudarán a trazar los rasgos generales del personaje protagonista. Se
puede hacer lo mismo con el resto de personajes.
Por último
se puede “trufar” estas fichas elementales con datos e informaciones extraídos
de la “papelera” que nos ha enseñado a utilizar Truman Capote cuando “ficha” a
Miss Golightly en Desayuno en Tiffany’s.
Escoger un
libro y subrayar todo aquello que caracterice físicamente al protagonista de la
narración.
Pensar en
dos personas cercanas. Encontrar un gesto propio de cada una y describirlo.
Fijarse en
los registros lingüísticos que existen a su alrededor ¿Cuáles son y qué
palabras son propias de cada registro?
Cerrar los
ojos y pensar en una persona querida. Escoja tres rasgos físicos que la
definan.
2 comentarios:
para mí una de las mejores películas de género comedia romántica, aunque esto se contradiga ya que viene de Capote...
excelente blog!
abrazo!!
Sí, una película estupenda. Gracias me alegro de que te lo parezca.
Abrazo.
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