martes, 17 de junio de 2008

¡Qué personaje!


Ayer según regresaba del Hospital, se subieron al vagón en la estación de Almendrales, una pareja, guarra ella, guarro el, pero ¿Cómo de guarro? Guarrísimo. Ya sabemos que está llegando el veranito que hace calor, etc. Pero lo de este tío no tenía nombre. Además el muy…. iba de ligón, pero no se daba cuenta el muy… del pestazo que iba dejando. Me enteré de su existencia por la bofetada que sacudió a mi super agudizado sentido del olfato al agarrarse a la misma barra en la que yo estaba apoyada. ¡Dios casi me desmayo!, entonces fue cuando le miré. Primero a la cabeza, pelo castaño y abundante, ojos verdes, bien parecido, piel blanca, aunque bronceada y lengua argentina, seguí mirando, polo naranja Lacoste, ceñidito marcando pectorales, brazos bien fuertes, a mi parecer un poco fondón, sigo bajando pantalones “blancos” de lino, los bordes de los bolsillos ya no eran blancos, ni siquiera blanco sucio, ya eran color café con leche, también bien ceñiditos, y sintiéndolo mucho seguí bajando y llegué a la altura de las partes íntimas use ase el paquete, amarillo ¡qué asco! Ahí dejé de mirar porque no quería ver los pies, con mi imaginación era suficiente. Se dio lo vuelta e iba a proceder a mirarle el culo. Pensé: -Seguro que está marrón, pero para no llevarme otro desagradable mal trago, decidí seguir leyendo y dejar de mirar a ese terrible personaje. Vaya mal rato que pasé, todavía tengo el olor metido en la nariz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En esta familia el sentido del olfato es algo que nos distingue jaja.

Besitos

Anónimo dijo...

Si, si desde luego ¡qué familia!Jaja
Besitos

lamari dijo...

No tengo ese sentido desde hace tiempo, me desaparecion de un SUSTO. Asi que, tiene sus ventajas y desventajas.
Beso y abrazo