Los personajes son los elementos
motores de la acción, los ejes dinamizadores sobre los que gira el desarrollo
de la misma: toda la narración está integrada por situaciones, se pasa de una
situación a otra a través de un juego de fuerzas. Estas fuerzas son los
personajes y el cambio constante de situación es lo que da lugar a la acción
narrativa.
Los personajes son seguramente el
elemento aislado más importante de la novela. Otras formas narrativas, como la
épica, y otras artes, como el cine, pueden contar una historia tan bien como la
novela, pero nada puede igualar la gran tradición novelística europea en cuanto
a riqueza, variedad y profundidad psicológica de su retrato de la naturaleza
humana.
Los personajes de los cuentos y
los de las novelas viven en medios distintos y deben adaptarse a aquellas
formas para las que han sido creados:
Los personajes de una novela
poseen más espacio para evolucionar y mostrarse que los del cuento.
La novela hace posible que
existan calles adyacentes a la principal, por la que circulan y donde viven los
personajes secundarios.
Diferencias entre persona y
personaje:
Edward Morgan Forster, propone
dos especies distintas de hombre: el Homo sapiens y el Homo fictus
El homo sapiens es el ser humano
hecho de carne y hueso, nace, come, ama, se reproduce y muere.
El homo fictus, en cambio, es el
personaje, un ser de ficción, un cúmulo de palabras que debe tomar la
apariencia de un hombre, pero no sus características esenciales.
No podemos crear personajes con
la idea de que van a ser iguales que los seres humanos, aunque es posible que
se parezcan. De hecho, uno es la representación en palabras de otro, pero en
esencia, son dos especies diferentes.
El escritor debe conocer sus
características, las distintas formas que adopta y los lugares que pueden
ocupar en la narración.
Si los géneros del cuento y la
novela han sufrido una transformación intensa entre los siglos XIX Y XX -sobre
todo la novela, que ha pasado del realismo del XIX a ser el género híbrido y
complejo que conocemos hoy-, los habitantes de esos espacios de ficción han
viajado en el mismo barco y, por eso, su transformación se ha ido ajustando a
los cambios operados en su entorno, es decir, en los géneros para los que
fueron creados.
En el siglo XIX, siglo de las
novelas, río y del realismo, el narrador es el dios de la historia. Su voz en
tercera persona resuena en todos los rincones de la narración; penetra en la
conciencia de los personajes y los desmenuza ante el lector.
Son los personajes-tipo,
instrumentos de los que se vale el escritor para analizar la sociedad, la época
y el país en el que vive.
El siglo XX supone un
acercamiento a la conciencia de los personajes. El narrador omnisciente es
sustituido por otros narradores. Con el hallazgo del monólogo interior se
eliminan los intermediarios.
El lector del siglo XIX veía al
personaje a través de un narrador omnipresente y ubicuo, pero en el siglo XX,
uno de los objetivos de la novela es que el lector "escuche"
directamente el pensamiento del personaje sin aparente intervención del
narrador.
En el siglo XX no importa tanto
como en el XIX la evolución de un grupo social y de sus héroes, los hechos, las
acciones; importa más el propio proceso de la escritura, la evolución, la
aventura interior de los personajes.
Tipos de personajes:
La clasificación es la siguiente:
-Personajes principales y
secundarios
Personajes principales:
Son el centro de la acción.
Los que llevan la voz cantante.
Cumplen funciones decisivas para
el curso de la narración.
Sufren cambios a lo largo del
proceso narrativo (muchas veces lo que se nos cuenta es, precisamente, el
relato de su evolución.
Poseen un móvil para sus actos:
su acción puede provenir de un deseo, de un temor, de una necesidad que les
obliga a luchar contra las circunstancias. Pero los personajes no tienen por qué ser heroicos.
El lector se siente atraído por
estos personajes, incluso aunque su conducta no sea heroica. Se produce una
identificación emocional entre ellos y el lector.
La historia del personaje
principal o protagonista domina la acción (aun cuando éste sea dominado, a su
vez, por las circunstancias.
Personajes secundarios:
En segundo plano
Los personajes secundarios
cumplen varias funciones dentro de la trama:
Los hay que son protagonistas de
subtramas, brotes que crecen alrededor del tronco principal. Las funciones de
esas subtramas en las novelas son diversas: sirven por un lado, de apoyo a la
historia esencial; pero también se entrelazan con ella generando intriga o
variando el ritmo emocional de la narración.
Apenas evolucionan, o si lo
hacen, son movidos por las circunstancias y no por la voluntad
Muchos personajes secundarios van
apareciendo aquí o allí y son utilizados por el escritor como "fondo"
de la narración. Poco definidos, no llegan a poseer una entidad propia aunque
pueden representar algo. Su misión es dar vida al entorno.
El antagonista opone su fuerza al
protagonista de la acción. A menudo, el protagonista se define por oposición a
su antagonista. Otras veces, dicho antagonista no es humano, sino un obstáculo
que se opone al protagonista y que éste debe superar para llegar a cumplir sus
afanes.
-Personajes tipo y personajes
característicos
Personajes tipo
Los personajes-tipo son sociales,
se erigen en símbolos de un sector de la humanidad.
Los que llamamos "tipo"
son personajes extremos, porque se estructuran alrededor de una característica
que es común a muchos seres humanos -seres que en esencia son muy distintos
unos de otros- y están envueltos en esa única cualidad.
Personajes característicos
Los personajes característicos no
son sociales sino individuales. Se definen por oposición a los personajes-tipo,
es decir, son todos los demás -mayoría abrumadora en cuentos y novelas- No
están ahí para representar a un grupo humano, sino a un ser individual, con
historia propia, y, sobre todo, desde muchos ángulos diferentes incluso
contradictorios, es decir, pretenden ser más reales, más parecidos a nosotros,
los seres humanos.
RECURSOS Y JUEGOS LINGÜÍSTICOS
La caricatura literaria
La caricatura literaria se basa
en los mismos principios que la del dibujante: la selección y la hipérbole
(exageración) La caricatura es un retrato que consiste en seleccionar el rasgo
-o rasgos- más destacado del personaje y exagerarlo.
El objetivo evidente de la
caricatura suele ser el sarcasmo y la ironía, y más cuando la exageración de
los rasgos raya en lo grotesco. Es el caso del célebre soneto de Quevedo
"Erase un hombre a una nariz pegada..."
Otras veces, el objetivo de la
caricatura no es provocar risa. Esta forma de retrato, en la que se destacan
los rasgos más característicos del personaje, posee también un gran potencial
poético.
Ramón Gómez de la Serna maestro
de la suma de metáfora y humor, se adentró en la caricatura en sus Retratos
contemporáneos y sus Greguerías.
Ejercicio
Escribir dos caricaturas. El
personaje en ambos casos, será el mismo pero el objetivo va a ser distinto.
Una de las caricaturas debe ser
humorística, exagerando los rasgos hasta lo grotesco, y la otra expresionista,
escogiendo esos caracteres que hacen tan peculiar al personaje y que tienden un
puente entre lo que vemos de él y lo que vemos a través de él, es decir, lo
interno.
LECTURAS RECOMENDADAS
PROPUESTA EJERCICIO
Tomar "La colmena" la
"novela coral" de Camilo José Cela, e intentar desentrañar el mosaico
de personajes que contiene.
Recordar que en La Colmena
aparecen nada menos que doscientos noventa y seis personajes y cincuenta
históricos, y que solo treinta de entre esta muchedumbre tienen importancia en
el transcurso de la narración
Página a página ir elaborando
diversas listas de personajes de esa novela, agrupándolos en cada uno de ellas
según el orden de importancia que puedan tener.
La desaparición o continuidad de
estos personajes irán orienta acerca de su importancia.
Otro detalle que delatará esta
importancia relativa es la cantidad de detalles descriptivos de todo tipo que
el escrito vierte cuando el personaje aparece por primera vez.
Hay que tener en cuenta, que este
ejercicio es muy largo y complicado; no es necesario completarlo en el primer
intento. Es un trabajo que se puede retomar y que aleccionará acerca de la
construcción del personaje novelístico.